Te extraño

No puedo negarlo, hoy te extraño.
Compartimos tantos momentos, tantas experiencias, tantas aventuras juntos, que sería un mentiroso y un canalla si negara que en días como hoy, la nostalgia se apodera de mi.
Miles de pensamientos agobian mi mente, y es que la verdad, tu recuerdo duele. Duele porque es real, y aunque parezca que mis heridas ya han sanado, algo tan sencillo como verte a lo lejos, o imaginar tu aroma esta mañana; tu mirada al despertar o esa forma tan peculiar y tan tuya de fruncir la nariz cuando estás molesta, hacen que el dolor vuelva a ser real.
Extraño tus manos pequeñas, pero perfectas. Tu forma de lanzar maldiciones, entre dientes porque no quieres que nadie te escuche. Extraño el café que me preparabas por las mañanas, a veces amargo, otras tantas demasiado dulce, nunca encontraste el punto medio para que fuera perfecto, sin embargo, para mi lo era.
Extraño tantas cosas de ti, que cualquiera que leyera esto pensaría que aún te amo.
Y si, tal vez aún lo haga. Pero el tiempo, tan sabio y preciso, me ha enseñado que el extrañarte, no significa que te quiera conmigo de vuelta...